
No publiques por cumplir: 100 cosas que lo impiden
Esta semana, no publiques por cumplir.
Publica como si fuera tu último día en la Tierra.
Publica como si ese post fuera lo único que quedara de ti en Internet.
«Vive como si fueras a morir mañana; aprende como si el mundo fuera a durar para siempre.» – Gandhi
Y si, además, vas a publicar en LinkedIn, hazlo como si fuera el primero y el último a la vez.


No publiques por cumplir: publica con intención
Porque quienes escribimos con alma sabemos que cada post importa.
Le ponemos intención, pausa, pasión, autenticidad.
Como si fuera un vinilo que tiene que sonar bien en cualquier tocadiscos.
Cada post es como un buen disco:
si no transmite, no conecta.
🎯 Pero para poder crear a ese nivel, hay que despejar el escenario.
Quitar el ruido. Afinar los instrumentos.
Y eso no siempre es fácil.
Muchas veces, no es que no tengamos talento.
Es que tenemos la cabeza hecha un caos.
Por eso hoy te traigo una lista para revisar y soltar.
100 cosas que te frenan sin que te des cuenta.
Algunas pequeñas, otras no tanto.
Pero todas restan. Y tú estás aquí para sumar.
100 frenos que impiden que no publiques por cumplir en LinkedIn, y en otras redes sociales
⚠️ 100 cosas que te frenan cuando creas contenido (y vida)
- Publicar por cumplir.
- No saber por qué publicas.
- Hacer scroll sin parar y sin pensar.
- No dormir bien (esto no es rock, es salud).
- Compararte con creadores que no tienen tu historia.
- Escribir desde la obligación, no desde la pasión.
- Revisar el móvil cada 5 minutos.
- Dudar de ti justo cuando toca avanzar.
- Intentar gustar a todo el mundo.
- No celebrar tus pequeños logros.
- Creer que tienes que ser experto en todo.
- Pensar que necesitas la última herramienta para empezar.
- Decir sí a todo.
- Decir no a ti.
- No tener claro tu objetivo semanal.
- Estar en mil grupos de WhatsApp que no aportan.
- Perderte en métricas sin mirar tu mensaje.
- No parar a respirar.
- No escribir para conectar, sino para impresionar.
- Creer que a nadie le importa lo que tienes que decir.
- Publicar sin revisar.
- Pensar que todo tiene que ser perfecto.
- Olvidar que tienes voz propia.
- Guardarte ideas “para cuando tengas tiempo”.
- No agendar tu tiempo para crear.
- Evitar el silencio.
- No delegar.
- No pedir ayuda.
- No aprender algo nuevo cada semana.
- No dejar espacio a la inspiración.
- No consumir buen contenido (del que alimenta).
- Pensar que ser constante es lo mismo que ser automático.
- Sentirte menos por tener pocos likes.
- Sentirte más por tener muchos.
- Seguir modas que no van contigo.
- No tener referencias reales.
- Escribir pensando en el algoritmo.
- No cuidar tus palabras.
- Creer que más es mejor.
- No usar tu historia.
- No usar tu oído.
- No usar tu corazón.
- No tener un sistema propio.
- No filtrar tus inputs.
- No frenar a tiempo.
- No tener días sin redes.
- No soltar lo que ya no suma.
- Tener miedo de aburrir.
- No tener un archivo de ideas.
- No escuchar a tu audiencia.
- No escuchar a tu intuición.
- No escuchar.
- Repetir sin cuestionar.
- Tener mil pestañas abiertas (literal y mentalmente).
- Pensar demasiado antes de publicar.
- Publicar demasiado sin pensar.
- No dejar reposar tus textos.
- No cuidar el diseño.
- No cuidar la melodía del texto.
- No cuidar tu energía.
- No leer libros, solo posts.
- No tener referentes del siglo XX (ponle rock, ponle cebolla).
- Publicar para “estar” y no para “ser”.
- No preguntarte: ¿esto ayuda a alguien?
- Escribir sin emoción.
- Escribir sin estructura.
- No revisar lo que funcionó antes.
- No permitirte experimentar.
- No reírte de ti.
- No revisar tus creencias sobre “el éxito”.
- Tener miedo de que te lean.
- Tener miedo de que no te lean.
- Esperar aprobación externa.
- No tener una estrategia, ni un mapa.
- No tener pausa.
- No tener foco.
- Hablar sin decir.
- Decir sin sentir.
- No tener una comunidad (aunque sean 3 personas).
- Esperar a tener todo claro para empezar.
- Publicar solo cuando te sientes inspirado.
- No agendar descanso creativo.
- No mirar atrás con cariño.
- No mirar adelante con ganas.
- Tomarte demasiado en serio.
- No poner límites al cliente pesado.
- No ponerle cebolla a tu tortilla (sí, eso).
- No ponerle alma a tu texto.
- No ponerle pausa a tu semana.
- No ponerle humor a tu día.
- Querer hacerlo todo como otros lo hacen.
- No medir con tus propios valores.
- No tener rituales de creación.
- Escribir sin música (¡grave error!).
- No recordar por qué empezaste.
- No probar algo nuevo este mes.
- No confiar en lo que ya sabes.
- No compartir aunque aún no esté perfecto.
- No disfrutar del proceso.
- No creértelo ni un poquito.
No publiques por cumplir en LInkedIN: esta semana, hazlo distinto.
→ No publiques por cumplir.
→ Publica como si fuera tu último día en la Tierra.
→ Escribe con intención, con cariño, con alma.
Y si conectas, comparte.
No por viralidad.
Sino porque hay alguien más que necesita leerlo hoy.
La clave es publicar en LinkedIn con intención
¿Te ha gustado?
Compártelo con alguien que cree, que escribe, que tiene alma de vinilo.
Y si quieres leer más, aquí va mi pequeño blog de ideas:
👉 https://lnkd.in/dye9exN
